En mi formación profesional como en la práctica laboral he revisado diferentes definiciones de aprendizaje mismas que han sufrido modificaciones a través del tiempo gracias a las reflexiones de diferentes autores, a esta definición se ha relacionado la de competencias pero como lo menciona Vargas Beal “lo primero que la noción de competencia nos ofrece, es una asociación de ideas con la empresa y el trabajo, así como con la relación directa que guardan estas nociones con el mercado”[1]. De ahí que para los docentes nos resulte un término ajeno y sin vinculación con el ámbito educativo. Considero que hasta en cierta forma esta noción ha contribuido a la resistencia para adoptar un modelo educativo basado en competencias.
Vargas muestra que el término competencia va más allá de lo operativo y que guarda relación estrecha con el aprendizaje, el aprendizaje significativo y el aprendizaje situado. Para ello, realiza un análisis sobre las dimensiones del enfoque por competencias, estas son la académica y la operativa, la segunda ha sido la más difundida por tener sus orígenes en lo laboral sin embargo, Barnett afirma que ambas “reflejan mundos e intereses limitados (el mundo académico y el mundo del trabajo)”.[2] Cuando nos enfocamos a un solo aspecto de un objeto de estudio sesgamos nuestra visión y podemos caer en el reduccionismo, por lo que es importante concebir a ese objeto como un todo más allá de la suma de sus partes.
El termino competencia también nos remite a lo que significa ser competente y ser competidor[3], tal parece que esta ultima se ha considerado como sinónimo de competencia donde lo que importa es ganar, fomentar el individualismo, lo cual nos lleva a pensar en la automatización del ser humano dejando de lado una formación inteligente, ética, humana y colaborativa.
Pero cuando el término competencia incursiona en lo académico va sufriendo modificaciones de acuerdo al autor, que se sustentan en el constructivismo, cuestionan la naturaleza profunda del aprendizaje y analizan los elementos que integran la definición de competencia. Esto implica pasar de concebir al aprendizaje como una adquisición de conocimientos y reproducción de contenidos[4] a una modificación estructural que transforma al ser humano.
Para esta transformación se requiere que el alumno se apropie del conocimiento, de la realidad, del mundo, reorganizando sus estructuras cognitivas, afectivas, en palabras de Piaget llevando a cabo los procesos de asimilación y acomodación. Y concebir a las competencias como algo mas que las suma de conocimientos, habilidades, actitudes y valores para resolver problemas… como “competencias holísticas o integrales”[5] donde los alumnos aprenden con todo su ser y no por partes utilizando en algunos casos solo lo cognitivo, en otros lo emocional. También se cuestiona si hay aprendizajes no significativos a lo que yo respondo que todos los aprendizajes son significativos en mayor o menor medida, ya que los aprendizajes adquieren significado de acuerdo a los intereses o necesidades, circunstancias y tiempo que vive el alumno.
Si todo esto lo realiza el alumno ¿Cuál es el papel del maestro? ¿Qué media? de acuerdo con el autor el maestro crea las condiciones propicias para que el alumno construya conocimiento y le proporciona las herramientas físicas y psicológicas, pero yo considero que media la acción de construcción y transformación del conocimiento a través de la interacción con el alumno.
Relacionado a la practica del docente se cuestiona mucho el discurso verbal demeritando su importancia al relacionarlo con aspectos puramente memorísticos que no sirven al alumno a lo cual considero que, es parte sustantiva de la acción ya que es una herramienta que utilizamos para comunicarnos desde pequeños y que ha servido para lograr aprendizajes previos a la etapa escolar y relacionarnos con otros seres humanos. Es el punto de partida para la resolución de dudas y comprensión de lo que se llevará a la acción. Tanto el discurso verbal como la acción se necesitan el uno al otro para que el aprendizaje sea integral, buscando un punto medio entre ambos.
Tanto para el docente como para el alumno la acción se ha considerado como el corazón del proceso enseñanza-aprendizaje porque es a través de ella que el alumno organiza sus esquemas de entendimiento de la realidad cuando esta en conflicto cognitivo, elige una forma de aprehender la realidad y el mundo, y le da un sentido singular al conocimiento que va mas allá del pensamiento. En mis palabras es la parte tangible del pensamiento.
Para finalizar, considero que el término competencias es el nombre que se le ha designado a la articulación que hacemos los seres humanos de los conocimientos, habilidades, actitudes, aptitudes y valores que poseemos, para adaptarnos a la realidad que vivimos, en sus diferentes ámbitos, pero es necesario rescatar el valor humano de esta integración para vivir como una sociedad y no como seres aislados e individualistas donde lo único que importa es lo material. Si logramos aprehender esto tendremos la posibilidad de transformarnos y rescatarnos como seres humanos habitantes de este planeta.
Vargas muestra que el término competencia va más allá de lo operativo y que guarda relación estrecha con el aprendizaje, el aprendizaje significativo y el aprendizaje situado. Para ello, realiza un análisis sobre las dimensiones del enfoque por competencias, estas son la académica y la operativa, la segunda ha sido la más difundida por tener sus orígenes en lo laboral sin embargo, Barnett afirma que ambas “reflejan mundos e intereses limitados (el mundo académico y el mundo del trabajo)”.[2] Cuando nos enfocamos a un solo aspecto de un objeto de estudio sesgamos nuestra visión y podemos caer en el reduccionismo, por lo que es importante concebir a ese objeto como un todo más allá de la suma de sus partes.
El termino competencia también nos remite a lo que significa ser competente y ser competidor[3], tal parece que esta ultima se ha considerado como sinónimo de competencia donde lo que importa es ganar, fomentar el individualismo, lo cual nos lleva a pensar en la automatización del ser humano dejando de lado una formación inteligente, ética, humana y colaborativa.
Pero cuando el término competencia incursiona en lo académico va sufriendo modificaciones de acuerdo al autor, que se sustentan en el constructivismo, cuestionan la naturaleza profunda del aprendizaje y analizan los elementos que integran la definición de competencia. Esto implica pasar de concebir al aprendizaje como una adquisición de conocimientos y reproducción de contenidos[4] a una modificación estructural que transforma al ser humano.
Para esta transformación se requiere que el alumno se apropie del conocimiento, de la realidad, del mundo, reorganizando sus estructuras cognitivas, afectivas, en palabras de Piaget llevando a cabo los procesos de asimilación y acomodación. Y concebir a las competencias como algo mas que las suma de conocimientos, habilidades, actitudes y valores para resolver problemas… como “competencias holísticas o integrales”[5] donde los alumnos aprenden con todo su ser y no por partes utilizando en algunos casos solo lo cognitivo, en otros lo emocional. También se cuestiona si hay aprendizajes no significativos a lo que yo respondo que todos los aprendizajes son significativos en mayor o menor medida, ya que los aprendizajes adquieren significado de acuerdo a los intereses o necesidades, circunstancias y tiempo que vive el alumno.
Si todo esto lo realiza el alumno ¿Cuál es el papel del maestro? ¿Qué media? de acuerdo con el autor el maestro crea las condiciones propicias para que el alumno construya conocimiento y le proporciona las herramientas físicas y psicológicas, pero yo considero que media la acción de construcción y transformación del conocimiento a través de la interacción con el alumno.
Relacionado a la practica del docente se cuestiona mucho el discurso verbal demeritando su importancia al relacionarlo con aspectos puramente memorísticos que no sirven al alumno a lo cual considero que, es parte sustantiva de la acción ya que es una herramienta que utilizamos para comunicarnos desde pequeños y que ha servido para lograr aprendizajes previos a la etapa escolar y relacionarnos con otros seres humanos. Es el punto de partida para la resolución de dudas y comprensión de lo que se llevará a la acción. Tanto el discurso verbal como la acción se necesitan el uno al otro para que el aprendizaje sea integral, buscando un punto medio entre ambos.
Tanto para el docente como para el alumno la acción se ha considerado como el corazón del proceso enseñanza-aprendizaje porque es a través de ella que el alumno organiza sus esquemas de entendimiento de la realidad cuando esta en conflicto cognitivo, elige una forma de aprehender la realidad y el mundo, y le da un sentido singular al conocimiento que va mas allá del pensamiento. En mis palabras es la parte tangible del pensamiento.
Para finalizar, considero que el término competencias es el nombre que se le ha designado a la articulación que hacemos los seres humanos de los conocimientos, habilidades, actitudes, aptitudes y valores que poseemos, para adaptarnos a la realidad que vivimos, en sus diferentes ámbitos, pero es necesario rescatar el valor humano de esta integración para vivir como una sociedad y no como seres aislados e individualistas donde lo único que importa es lo material. Si logramos aprehender esto tendremos la posibilidad de transformarnos y rescatarnos como seres humanos habitantes de este planeta.
[1] Vargas, Xavier (2005), El aprendizaje y el desarrollo de las competencias. Disponible en: http://www.arquepisteme.iteso.mx/reportesobrelascompetencias.doc
[2] Barnett, Ronald (2001), Los límites de la competencia, Gedisa, España, p. 127
[3] Vargas, Xavier, Op. Cit.
[4] Idem, pag. 3
[5] Gonczi, A. citado en El aprendizaje y el desarrollo de las competencias. De Vargas, Xavier, pag. 8